El sector de la comunicación vive un momento apasionante no sólo por el cambio de paradigma tecnológico que ha revolucionado los medios y los procesos, sino también por la necesidad de afrontar nuevos contenidos y lenguajes que interesen y generen engagement entre los usuarios sobreconectados, las marcas y los medios.

Es evidente el impacto que la Agenda 2030 está teniendo en la actividad medio ambiental, en la actividad social y en la actividad económica en los últimos años, pero también es cierto que el tratamiento que se está dando a la Comunicación de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) no está alineado con la importancia de un proyecto de tanta importancia a nivel mundial.

En una era marcada por un entorno digital, una de las máximas que parece imponerse en comunicación es la de ser diferente para ser relevante ante un nuevo sobre-informado e impactado desde los diferentes canales y dispositivos.